Artista y Público
- Juan Carlos Arroyo Sanz
- 12 nov 2019
- 2 Min. de lectura
El artista y en especial el compositor debe ser un preguntón innato y omnipresente y todo ello conseguirlo a través de su obra.
En muchas entrevistas los artistas son preguntados por el significado de su obra o qué quieren expresar con ciertos elementos de la misma. Pues al contario de esta visión… es el público el “cuestionado” por el artista; qué visión tiene de la obra en su totalidad, incluyendo no solo la estética pura sino también el contexto.
En cambio, si el artista responde, te dará la visión desde su punto de vista acabando ahí esa comunicación (artista-público), matando el arte y cerrando su ciclo.
El público es el que responde y en un escenario posterior es el que se pregunta incluso a sí mismo. Tal vez las preguntas tengan una respuesta incierta o simplemente no la tengan, pero este público, el público activo es el que declama el artista motivado por la revolución cultural. Otorgar al público la capacidad de administrar el pensamiento de la obra para sí es lo más importante para convertir ese público estéril en fructífero, no hay que entender esto como una aclaratoria del planteamiento del artista por parte de “su” público (la obra siempre pertenecerá al artista, con su propio planteamiento).
Ahora bien, este público (el “activo”) que se hace preguntas y se plantea las concepciones del ‘mundo’ que nos muestra cada obra, puede objetar desde un punto crítico la estética, el planteamiento, la ejecución y otras materias de una misma obra. Si bien algunas son “subjetivas” otras son enteramente objetivas aunque no se coincida con el planteamiento del artista. Esta contradicción que es en si misma la comunicación entre el artista y el público, es la que hace del arte algo vivo, y no un mero nicho donde depositar una suma de “archivos” (bendita tecnología) sin ninguna intención. O responder al entrevistador y acabar con esa comunicación…
Si conseguimos posicionarnos fuera de esa sociedad del espectáculo donde todo es un producto y logramos presentar mundos de nuevo orden al espectador, es cuando de verdad podremos considerarnos compositores/artistas de vanguardia, incluso llegar a denominarnos transformadores.
A modo de conclusión se puede decir que el artista es una persona que plantea una nueva realidad, e inmersos en ella (como público), cada cuál debate con uno mismo y con el resto su concepción de la obra. Puede estar más o menos dirigido dicha realidad (siendo esta más o menos abstracta), pero siempre debe tener un planteamiento y nunca debe ser desvelado a las primeras de cambio. Incluso se puede mantener una conversación con el espectador para sacar más visiones y enfoques, siendo esta una acción enriquecedora tanto para artistas como para el público. Al fin y al cabo el arte es un acto comunicativo.
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